Festival Pròxims

Poble Espanyol

7

DBF 22/7/2011 - Es extraña la sensación de Dejavu cuando vas a un lugar a ver un festival y todo es familiar. Crees que ya lo has vivido antes... Hasta que escuchas el sonido y te das cuenta que esto es diferente. Y es lo que se va a recordar de la primera edición del festival Pròxims. Al menos la banda barcelonesa Mujeres, que se fueron del Poble Espanyol con un cabreo monumental encima. Su concierto tuvo uno de los sonidos más espantosos que puedo recordar sobre un escenario de más de ocho metros cuadrados. Desde la primera hasta la última canción sonaron tan mal que cualquiera que los viera por primera vez sería capaz de ponerles una cruz y no volver a saber nada más de ellos. Pidieron colaboración a los asistentes, se disculparon, maldijeron a técnicos y grupos y finalmente miraron con resignación el resto de conciertos desde la plaza.

La noche empezó con buenas sensaciones con Animic y con la (falsa) espontaneidad de El Petit de Cal Eril, que siempre hace las mismas bromas entre dulces y pegadizas melodías. Su último disco "Vol i Dol" (Bankrobber, 2010) casi nos gusta más que su anterior "I les Sargantanes al Sol" (Bankrobber, 2009). Empezaron con "Poca Pena" y sonaron dulces y fluidos a través de sus canciones pop melódico. Se echó mucho en falta la flauta travesera en "Partícules de déu". De Mujeres ya lo hemos dicho casi todo. A diferencia de las otras dieciseis veces que los hemos visto, nos aburrieron soberanamente aunque nos dejaron un par de perlas transformadas en temas nuevos que dejan entrever que seguirán la estela de éxito que les ha traido su primer y homónimo disco "Mujeres" (Sones, 2010). También rescataron algunas canciones olvidadas en sus últimos directos como "Demoler" de Los Saicos o "No quiero verte más", y regalaron "Aquellos ojos turbios", que pudimos ver en La[2] cuando estuvieron versionando a The Beatles.

Cuando sale Mishima al escenario llega el momento perfecto para ir a comprar un poco de cena y dejar que la masa posh catalana tenga su momento de delirio. Después de Mujeres y Mishima creíamos que ya nada nos levantaría el ánimo, pero fue en ese mismo instante cuando la entrada al festival empezó a valer 25 eurazos. Standstill, que aunque lleven tocando el mismo setlist 457 veces en 300 días (o menos) son garantía de éxito, y sobretodo Antònia Font trajeron la calidad y el espectáculo al Poble Espanyol. Antònia Font repasó casi al completo su última joya "Lamparetes" (Robot Innocent, 2011) y recuperó algunos éxitos del pasado como "Darrera una revista", "Alpinistes-Samurais" y "Wa Yeah!" como final apoteósico. Sin duda los grandes triunfadores de un festival que, de querer tener continuidad, deberá mejorar muchísmo los aspectos técnicos en el futuro.