CPB 3/12/2011 - Tiene delito que aún no hubiéramos hablado de Cass McCombs en nuestra ilustre publicación. El californiano lleva años instalado en su cómoda butaca en la segunda línea del panorama musical sin que se le preste la atención que merece. Y mientras, él va facturando discos a velocidad de crucero.
“Humor Risk” es su segundo álbum en lo que llevamos de año. El antecesor, “Wit’s End” (2011) suponía una colección de canciones apesadumbradas y lúgubres, donde McCombs se doctoraba como crooner del pop fúnebre y el malrollismo, dejando la sensación de que había compuesto un disco más para si mismo que para el gozo y disfrute de los demás. En “Humor risk” decide abrir la persiana y dejar entrar algunos rayos de luz a la habitación (sin pasarse, claro está).
Las muestras del optimismo del californiano las encontramos en la progresión de acordes de Robin Egg Blue, el ritmo krautrockiano de batería de The Same Thing o la interpretación vocal de Mystery Mail. Pero no destapemos el confeti aún, porque en la espléndida To Every Man His Chimera (esos sonidos ambiente…) vuelve a las catacumbas para asestarnos un mazazo del que costará levantar cabeza.
Por poner un par de pegas decir que, en The Living Word intenta repetir la fórmula Dreams Come-True Girl y se queda a medio camino con una balada de soul AOR carente de pegada, y en Mariah se apunta al carro de la baja fidelidad sin convicción. Pero oiga, que todo sea eso, nosotros se lo perdonamos.
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