DBF 22/9/2008 - Es una alegría cuando te compras un juego nuevo de tazas para el café y, después de algunos intentos, descubres la medida exacta de cucharaditas de azúcar que le tienes que añadir a cada una para que sea tu pequeño momento perfecto cada mañana.
Esa alegría la experimentó Herman Düne hace ya unos años a la hora de componer sus canciones. Desde entonces ha sabido dar dulzura acústica y rítmica a cada uno de sus discos hasta llegar a este Next Year in Zion, un álbum donde muestra unos temas repletos de letras que son para escucharlas detenidamente y descubrir nuevos matices en cada escucha. Adapta a la perfección el folk más clásico a los nuevos tiempos de manera brillante y crea uno de los mejores discos del año hasta el momento. Sus coros, su control de los instrumentos, sus bases rítmicas con castañuelas incluïdas, y su voz transportan los sentidos a lo más profundo de cada uno. Herman Düne vuelve a ser un sobresaliente, un hombre que suda talento y llora magia.
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