CPB 8/10/2010 - Hoy, mi estimado y nunca suficientemente venerado director DBF me ha dicho algo así como que suelo hablar de los músicos y grupos como si tuvieran que llamarme al móvil para darme las gracias por escuchar sus discos. Dicho esto, me pregunto, ¿tendrá Paul Banks mi número de teléfono?
Hay que reconocer que lo que les ha pasado a Interpol en este cuarto disco es algo más que esperado. Motivos hay de sobras para pensarlo: una importante decadencia cualitativa de la banda disco tras disco, la aparición de cientos de imitadores de medio pelo que desvirtúan el género, una pésima aventura en solitario de su líder y deserciones y abandonos del barco justo en medio del proceso de grabación de este álbum.
Interpol (el disco) es aburrido, monótono, falto de chispa y sin la pegada a la que nos tenían (mal)acostumbrados. Banks no está acertado en las melodías y canta con una peligrosa autocomplacencia, mientras Kessler repite una vez tras otra el mismo riff de guitarra. Sólo Barricade se salvaría de la quema por mostrar unas evidentes reminiscencias al pasado.
Mención aparte merecen las frases en castellano que cuelan en The Undoing. Se despachan a gusto soltando: “Suele tener, me suelto, me suelto en el deshacer, al puro perder el ganar no compara” atrezzado con un irritante “please please” de fondo. Al menos los Clash, hacían frases más divertidas.
Y hasta aquí, otra crónica de una muerte anunciada, y dejo una petición aquí escrita. Por favor, Strokes no saquéis nunca vuestro cuarto álbum.
Interpol Vuelven a cambiar de bajista CPB 1/3/2011
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