CPB 25/2/2009 - Es increíble la sensación de rabia que me entra cada vez que me pongo este disco. Rabia, por tener la sensación de que el autor de la obra está rindiendo por debajo de sus capacidades, y por tener la certeza de que podría dar mucho más de si.
El arranque del disco con We were there y con In this lonely town me parece una perfecta carta de presentación del artista californiano: riffs de guitarras un tanto repetitivos pero directos y adictivos, sintetizadores que parecen sacados de un disco de Human League y estribillos pegadizos. Jeremy Jay es capaz de captar en dos temas toda la esencia de la New-Wave.
Pero a partir de ahí, la cosa se empieza a torcer y las canciones van pasando inofensivamente por el reproductor. No tengo claro lo que es, quizás que resultan demasiado dóciles, demasiado monótonas (compruébenlo en Slow Dance por ejemplo), o puede que sea esa premeditada desgana a la hora de cantar por parte de Jay, pero no consigo disfrutar de un disco que por las maneras que apunta debería dejarme una mejor impresión.
También es cierto que, cosa que no me ocurre en otros casos, pienso que aquí sí que hay talento y aptitudes para ofrecer más y que debemos estar atentos a este nombre porque puede que el día menos pensando le dé por destapar el frasco de las esencias y se marque un trabajo digno de alabar. De momento, aprobado por los pelos.
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