CPB 22/12/2010 - ¿Witch House? Qué etiqueta más horrible que se han sacado de la manga el colectivo “de inventores de géneros y subgéneros”, ni siquiera suena a vanguardista. Ésta es la denominación que le han puesto a la música que vienen haciendo ciertos grupos salidos de los bajos estratos de la sociedad (déjenme que muestre mi escepticismo ante ciertas leyendas urbanas), que hacen una música novedosa a la vez que bebe de muchos lados, y cuyos máximos referentes son tres jóvenes llamados Salem.
Con algunos Ep’s descatalogadísimos en la espalda, un pasado plagado de adicciones y prostitución homosexual, y una imagen e iconografía entre lo misterioso y lo absurdo, se presentan este trío de Michigan con su primer larga duración “King Night”. Y realmente inteligentes son, ya que han sabido crear un personaje que ahora mismo supera al contenido de su música. Que porque no decirlo, resulta como mínimo, escaso y efímero.
Antes comentaba que su propuesta suena novedosa por picotear un poco de cada estilo. Hacen techno lo-fi con beats machacones adornados con una pátina shoegaze para darle el toque de misterio y angustia deseado. En las voces se reparten los temas entre los fraseos hiphoperos con tal nivel de procesado que parecen de ultratumba, y la inquietante y lánguida voz de la chica del grupo, que por lo que hemos comprobado funciona mejor en estudio bajo capas de reverb que en directo, dónde muestra unas carencias vocales desorbitadas.
Y también he mencionado que el contenido me resultaba efímero, porque una vez superado el impacto inicial dónde parece que lo novedoso agrada, nos damos cuenta que tragarse el disco entero de cabo a rabo resulta una ardua tarea y que sólo nos quedamos con algunos sintes resultones y con la, bien lograda, sensación de malestar que pretenden transmitir. Lo demás, un globo demasiado hinchado por los de siempre.
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