CPB 28/1/2011 - Hace un tiempo os presenté, en una de las entregas de Pretemporada Primaveril, a estos cuatro post-adolescentes de Chicago. En el mencionado artículo mostraba mi tibieza y casi indiferencia ante la propuesta que presentaban en su primer disco.
Quizá, su mayor problema radicaba en la incapacidad por focalizar sus esfuerzos en un solo campo, en el intento por abarcar demasiado y no acabar de rematar ninguna jugada, que provocaban una sensación horrible de quedarse siempre a medias. Sorprendentemente, no sabemos si gracias a la madurez o a un buen asesoramiento, Smith Westerns vuelven con un estilo propio y muy marcado, y consiguen no salirse de ese patrón ni dispersarse en los diez cortes que tienen este “Dye It Blonde”.
Dejando la baja fidelidad de lado, los de Chicago han optado por desenterrar el cadáver del glam-rock, ponerse las lentejuelas y las botas de plataforma (en sentido figurado, claro), empaparse de los discos de T-Rex, mirar de reojo al Bowie de Ziggy Stardust y marcarse un revival altamente disfrutable. Diez paisajes sonoros que van del pop “bolanizado” (permítanme el vocablo en honor a Marc Bolan) de Weekend, a los baladones cargados de purpurina de All Die Young, o la épica pseudo-operística de, mi favorita, Smile. El cromatismo del sonido de los sintetizadores, las toneladas de reverberación, la distorsión casi burlesca de las guitarras y el constante juego con el falsete son denominador común durante todo el disco, y todo ello con una producción excelente que les hace estar uno (o varios) peldaños por encima de, por ejemplo, unos MGMT (a los que talonearon hace unos meses) demasiado dispersos últimamente.
Dicen que ante la imposibilidad de ser bueno en todas las materias se aconseja hacer uso de la especialización. Smith Westerns han encontrado su camino, y de momento, les funciona a las mil maravillas.
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