CPB 21/12/2010 - Sufjan es un tipo especial. El alumno aventajado del importante núcleo de yogurines folkies que dieron el do de pecho durante la última década siempre se ha sabido desmarcar. Capaz de prometer (o eso cuenta la leyenda) un disco por cada estado de los USA, de poner títulos interminables a sus canciones o de ponerse disfraces, como mínimo exóticos, en sus directos; esta vez ha ido más allá en su propuesta musical. "The Age of Adz" no es "Illinoise" (2005), ni pretende serlo.
Futile Devices, la pieza que abre el disco, engaña y mucho. Porque es la única (quizá junto con la espléndida Vesuvius) que se asemeja a la idea que teníamos de Sufjan hasta la fecha. Pero, ya en Too Much llegan las sorpresas, ¿electrónica? Sí. A la ya conocida dotada tesitura de voz de Stevens, a sus grandes melodías, a esa épica y pomposidad que le ha emparentado a veces con el gran Scott Walker, se les une ahora una base electrónica (una o varias), en la mayoría de casos, un pelo excesiva y sobrecargada (en la misma Too Much o en Age of Adz) que no en todos los casos juega en su contra.
También hay momento para las piezas sosegadas y alejadas de la sobreproducción (Now That I’m Older o Bad Communication), y por supuesto, hay hueco para la ida de olla marca de la casa Sufjan, porque no contento con facturar diez buenas canciones que en total rondarán los 45 minutos, se despacha a gusto con Impossible Soul, una pieza de ¡25 minutos! que quizá no acaba de convencer por combinar buenos momentos con trozos realmente sonrojantes (¿era necesario emular a Cher con el abuso del Auto-Tune?) que sinceramente empañan la valoración global del disco.
Seguro que es un disco que dará opiniones excesivamente variopintas y extremas entre sus oyentes, pero está claro que no se puede acusar a Sufjan Stevens de acomodado y de tener aversión al riesgo. Porque aquí se la ha jugado sin red y ha salido bastante bien parado.
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#1 Muerte a CPB, sin acritud. 28/12/2010 16:30:01
Stevens tiene talento e imaginación, ganas de crear nuevos espacios para la música. Pero eso lo han tenido muchos y no han sabido que hacer con eso.
Stevens tiene la obligación como músico de evolucionar, y estamos de acuerdo de que se ha arriesgado. El riesgo está bien, mira Dover como se la jugaron, en el Dadá no saben como agradecérselo.
Seamos serios, me temo que este hombre pretende atravesar los limites de la música y eso es un suicidio. Y mira que la música tiene pocos limites, que se lo digan a The Velvet Underground con su enorme Sister Ray.
#2 CPB 30/12/2010 01:59:26
Estimado lector, no creo que querer atravesar los límites de la música sea un suicido sino una cualidad y algo muy necesario en este mundo de grupos/artistas con grandes muestras de falta de originalidad