Odio París

El sonido C-86

CPB/DBF 12/4/2011 - Aunque lleven unos meses en boca de todos, el primer LP de Odio París no ha salido al mercado todavía (aún quedan un par de semanas de espera). El quinteto formado por Víctor Riba (voz y guitarras), Óscar Ferré (guitarras y voz), Álex Horiwell (bajo, sintetizador), Marcel Molina (sintetizadores) y Jaume Caner (batería y percusiones) basan su propuesta en una acertada revisión del sonido C-86 con aires shoegazers que hace que la mayoría de medios los emparejen rápidamente a Los Planetas y a The Pains of Being Pure at Heart (a los que telonearon el verano pasado) aunque ellos se muestren en desacuerdo: “Lo que menos escuchamos es The Pains… y Los Planetas, que es a lo que siempre nos comparan” indica Víctor, y Álex añade: “Yo soy fan de Los Planetas pero no considero que sean una influencia directa. Yo creo que aparte de las influencias que siempre nos atribuyen, creo que también hay algo de sonido Manchester (Stone Roses) en nuestra música”.

Pero sigamos un orden cronológico de los hechos, los cinco miembros de Odio París se conocen de un proyecto anterior que no llegó a buen puerto y hace cosa de un año decidieron grabarse y autoproducirse ellos mismos Maqueta nº1, una especie de compilación de sus primeras canciones creada más como primera toma de contacto y referencia para ellos mismo que como artefacto promocional, pero de repente la situación dio un giro de 180 grados: “La maqueta se llama 1 porque iba a haber una 2, una 3, una 4,…, pero fue cuando nos llamaron de El Genio Equivocado” nos cuenta Víctor.“Realmente la movimos por cuatro blogs pero el objetivo era tener algo grabado para conseguir conciertos” confiesa Jaume.

Es así como Odio París pasan a engrosar las filas del sello El Genio Equivocado (Aias, Montevideo, Joaquín Pascual,…) y el grupo pasa de ser uno más dentro del circuito de grupos maqueteros a aparecer en el cartel de festivales y a telonear a grupos importantes. “En este país se menosprecia a los grupos maqueteros ya que te hacen tocar por cuatro duros; el hecho de entrar en un sello hace que todo cambie” dice Álex. Lo que más valoran es la calidad de los conciertos que les consiguen desde la discográfica, como nos explica Marcel:“Tocamos en mejores escenarios y disfrutamos más, el hecho de tener técnicos de monitores hace sentirnos más cómodos sobre el escenario”. Ellos valoran ese cambio ya que la complejidad de su propuesta exige llevar al límite y al máximo rendimiento el equipo de una sala y ese factor puede jugar en su contra; en una sala grande estos inconvenientes se minimizan aunque “se pierda el contacto directo con el público” como indica Álex.

Otra cosa es en el estudio donde ellos tienen todos los medios para sonar como quieren y es por ello que rechazaron los productores que les propusieron para dirigir la grabación de su primer álbum: “Hemos conseguido que las canciones suenen como las teníamos en la cabeza. La producción es nuestra, nos habían propuestos un par de productores, lo estuvimos pensando y lo denegamos, porque queríamos que fuese “nuestro trabajo”” nos cuenta Álex. En cuanto al contenido, Jaume nos explica que: “Habrá canciones de la maqueta y canciones nuevas”.

Y ya nos centramos en eso: las canciones. Les comentamos que resultan tremendamente pegadizas y ellos nos cuentan como funciona el proceso de gestación: “Depende de quien traiga el tema. Personalmente, primero de todo es la melodía y después viene la música y la letra” dice Óscar, pero Víctor cree que el método de trabajo del grupo radica en que “en general, uno trae un tema y todo le damos la forma”. En cuanto a las letras, todas tienen una historia más o menos real detrás, aunque nos quedamos con la de Don de Traci en la que Óscar decidió narrar la historia de una afamada actriz porno.

Odio París parece funcionar como un ente único, en el que cada uno trabaja para aportar su granito de arena a lo que el grupo quiere llegar a ser o quiere llegar a sonar. Y nosotros estamos convencidos de que este será el año de la consolidación de Odio París. Apunten este nombre porque darán mucho que hablar.


Foto: David Brito