The Strokes

FIB 2011

7.5

DBF 17/7/2011 - 15 de julio de 2011. 00:45h. El momento había llegado. The Strokes, el quinteto neoyorquino que cambió el panorama musical y reavivó la moribunda escena del rock, volvía a España cinco años después, tras sacar un cuarto disco tan polémico como el tercero en cuanto a calidad. Peleas entre componentes del grupo y egos superlativos y sobrepuestos unos a otros trajeron la separación no anunciada del grupo y proyectos en solitario de todos sus componentes (de dispar repercusión y éxito). Todo esto hacía que la banda llegara a Benicássim junto a un cúmulo de negros nubarrones de duda, incerteza y miedo a la decepción.

Para nosotros, y para casi cualquier asistente no nato en las islas británicas, el hecho de salir después de Elbow sumó puntos a favor de los americanos, pues el concierto de los de Manchester fue aburrido, falto de ritmo y a deshora. 40.000 personas esperaban en el escenario "Maravillas" y llegó el momento. The Strokes subieron al escenario con la misma actitud que se esperaba de ellos: chulescos, pasotas y sin prisa. Empezaron su repertorio con "NYC Cops", uno de los grandes éxitos de su primer y más laureado disco, y con un sonido muy lejos de estar a la altura de semejante hit. Rápidamente se solucionó el problema y la banda se dedicó a tocar, uno a uno, sus mejores temas, dejando clara la evidencia: cualquier canción de su último disco era castigada con un severo silencio y era vista con parsimonia, con la duda de cuál sería la siguiente en el repertorio. Las canciones sonaron contundentes, a tempo, demasiado perfectas. Lo mismo que escucharlas en casa con unos buenos Sennheiser, sólo que viendo a los protagonistas moverse en su justa medida, entre brazos de ingleses locos sobreactuando su éxtasis y remojando a los asistentes con cerveza como es habitual. Así fue como el concierto transcurrió como una apisonadora, sin pausa. Y finalizó, dejando quizás en el cuerpo la sensación de que pudo ser mejor, pero que vivimos un momento importante en nuestra humilde y personal historia musical. Y no nos engañemos: Fue mejor de lo que esperábamos.

Foto: Archivo FIB