Angles

The Strokes

2011

4

CPB 25/3/2011 - Es feo ponerse medallas a uno mismo, pero lo vaticiné hace unos meses en las últimas palabras de mi crítica al último disco de Interpol. ¿Realmente era necesario un nuevo disco de The Strokes? Probablemente sí, al menos para corroborar el descalabro que se intuía tras “First Impressions of Earth” (2006).

Cinco años, esos son los que han transcurrido desde su última entrega. Pero los hemos tenido bien presentes: carreras en solitario (salvo Nick Valensi, que intuyo que se habrá pasado este tiempo empapándose de videos de Joe Satriani para darnos una tabarra brutal en este disco con solos aburridos y sobrecargados), rumores de ruptura, prórrogas en el período de gestación del disco y demás señales que indicaban lo peor.

Pero vayamos al contenido. Se salvan Machu Picchu, Under Cover of Darkness y Taken for a fool por nostálgicas y por recordarnos a los Strokes del 2001. Ahora diréis: “Muy bien CPB, te pasas la vida hablando de que los grupos deben evolucionar y no autoplagiarse, y ahora te quejas”. Tenéis razón. Pero para mi evolucionar no significa vomitar de malas maneras un batiburrillo de influencias o ideas que el propio autor no ha sido capaz de digerir y asimilar como propias.

Cuentan que se han repartido democráticamente el peso compositivo, eso a veces supone un acierto, pero si las relaciones son tensas y nadie es capaz de poner orden en el asunto acaba saliendo un engendro como éste, en el que cabe todo de malas maneras: reminiscencias al trilladísimo AOR ochentero de radiofórmulas en Two Kind of Happiness, torpes devaneos con el sintetizador en Games, intentos de Casablancas de mostrar un virtuosismo vocal del que carece en Call me back, horteradas descomunales como Metabolism en la que pregunto si alguien le habrá dicho a Valensi que plagiar a Muse es algo que desaconsejan los especialistas en salud auditiva del mundo entero. Y claro, mención especial para You’re so right; de verdad no tengo palabras para describir semejante despropósito, una cutrez de una magnitud desorbitada como hacía años que no escuchaba (bueno, ¿cuánto tiempo hace que Dorian sacaron disco?).

En fin, lo peor de todo, es que esperábamos tan poco que aún hay quien lo ve como un disco correcto. Yo dejo de escribir ya porque estoy tentado a quitarles más puntos en la nota y hoy me siento generoso.